Hoy, 24 de enero, se cumplen 14 años del crimen de Marta del Castillo, la joven sevillana por cuyo asesinato en 2009 fue condenado Miguel Carcaño a 21 años y tres meses de cárcel. Su caso ocupó la actualidad informativa durante meses y revolvió a la sociedad, incapaz de asimilar la crudeza de estos hechos.
Sobre la investigación y el juicio del caso de Marta del Castillo se han publicado incontables noticias e incluso se han hecho producciones para plataformas de contenido audiovisual. Los rostros de los padres y del abuelo son conocidos para todos, así como los apodos de las personas implicadas.
Pero hay una cuestión que aún queda por resolver y que marca todo el devenir de este caso: aún no se ha encontrado el cadáver de la joven. Esta circunstancia tiene consecuencias, no solo para la propia investigación, sino también para su familia, incapaz de descansar y encontrar el consuelo que tanto necesitan.
Hoy su familia tiene previsto concentrarse ante el acceso a los Jardines de Murillo desde la calle San Fernando, en Sevilla, y después realizará una ofrenda floral y un minuto de silencio ante los juzgados del Prado de San Sebastián junto a una fotografía de Marta.
Sería deseable que la investigación no abandone esta causa sobre la que aún planean demasiados interrogantes. Su familia ya ha mostrado con creces su predisposición a seguir luchando para saber qué ocurrió y encontrar el cadáver de Marta del Castillo.
Una sociedad moderna y avanzada no puede ni debe permitirse otro caso más sin resolver. Y su familia tampoco.