La jugadora española Carolina Marín volvió a saborear un título tras imponerse este domingo en la final del Abierto de China, el segundo torneo que disputaba tras la grave lesión de rodilla de finales del pasado mes de enero y donde ha demostrado que puede volver a ser muy competitiva.
La onubense cerró del mejor modo posible una semana donde aparcó todas las dudas que había dejado en su vuelta a las pistas en Vietnam y derrotando a rivales de mucha entidad como la actual subcampeona del mundo, la japonesa Nozomi Okuhara, o, en la final, a la taiwanesa Tai Tzu Ying, exnúmero uno del mundo.
Y además, la actual campeona olímpica demostró que su fuerza mental, la que le había fallado la semana anterior, es una de las claves de sus éxitos, ya que levantó un trofeo un año después, justo en el mismo escenario, tras remontar a sus rivales en sus tres últimos partidos. Tzu Ying, que se había impuesto a la andaluza en sus últimos seis duelos, tampoco pudo frenarla, cayendo por 21-14, 17-21 y 18-21 después de más de una hora de partido.