La Unión Europea ha calificado como una “violación flagrante” de la justicia europea el plan de regadíos de Doñana que pretende sacar adelante la Junta de Andalucía a través de la PDL registrada por PP y VOX. Se trata de un nuevo capítulo de la interminable lista de despropósitos que el Partido Popular, con el presidente de la Junta, Moreno Bonilla, y el máximo dirigente de los populares onubenses, Manuel Andrés González, a la cabeza han puesto en marcha con el único objetivo de conseguir votos en las próximas elecciones municipales.
La revisión del Plan de la Corona Norte que plantea el PP es un disparate medioambiental pero fue rentable en términos electorales en las pasadas autonómicas, donde los populares mejoraron de forma ostensible sus resultados en los municipios del entorno de Doñana.
Poco importó provocar la fragmentación de los agricultores de la comarca o enfrentar a municipios vecinos mediante promesas difíciles de cumplir. Menos importó tener en contra a todas las organizaciones ecologistas y al Gobierno de España. Y mucho menos, situarse en contra de la Unión Europea, con el consiguiente perjuicio a la imagen y a la economía de los productos asociados a Doñana.
Lo importante para Manuel Andrés González y Moreno Bonilla era conseguir votos y, como la jugada salió bien, la vuelven a repetir a escasos meses de una nueva convocatoria electoral. Los motivos son, por tanto, los mismos, y las terribles consecuencias para el territorio, también: agricultores divididos, municipios enfrentados y tirones de orejas y serias advertencias por parte de las autoridades europeas que contemplan atónitas cómo la institución que debe velar por Doñana, la Junta, se convierte en su principal amenaza.
La situación de Doñana y de sus regadíos es lo suficientemente importante como para que un partido, o unos dirigentes ávidos de poder, pongan sus garras sobre ella y la manoseen como un juguete que luego se puede tirar a la vez una vez usado.
La revisión del Plan de la Corona Norte es una posibilidad, pero para ello, hay unos cauces y unos procedimientos establecidos que el PP pretende obviar, porque su objetivo final no es la mejora de los regadíos, sino la de los resultados electorales.
El Consejo de Participación de Doñana tiene la representación y los elementos necesarios para canalizar cualquier tipo de propuesta que vaya en este sentido. Doñana necesita el consenso y el acuerdo de todos los actores implicados. Todo lo que sea seguir el camino marcado por el PP tendrá terribles consecuencias para la comarca.