La polémica generada en torno a los ataques al aborto proferidos por el portavoz del PP en la Diputación de Huelva, Juan Carlos Duarte, que contaron con el silencio cómplice y la falta de condena por parte del presidente del PP onubense, Manuel Andrés González, han provocado un terremoto interno en las filas del PP andaluz, que el presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla, pretende zanjar de inmediato.
El máximo dirigente de los populares andaluces es consciente de que esta salida de tono ha hecho saltar por los aires la línea moderada que pretende exhibir como eje de su acción política y por eso ha exigido a los suyos que marquen diferencias con los postulados que defienden partidos como VOX, donde son frecuentes los ataques y descalificaciones que el propio Duarte realiza en sus redes sociales.
En unas declaraciones realizadas en el programa Espejo Público, Moreno Bonilla ha intentado marcar diferencias con el partido de ultra derecha y ha insistido en una idea: “No somos como ellos, ni queremos”. La frase choca con la realidad del Partido Popular en Huelva, donde hombres fuertes de la formación como Duarte defienden planteamientos radicales como negar que el aborto sea un derecho o exhibir en redes ataques e insultos a la izquierda cultural.
No es la primera vez que los populares andaluces muestran su malestar por la polémica generada desde Huelva. El primero en desautorizar los ataques de Duarte y el silencio de la dirección del partido onubense fue el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, que quiso desmarcarse de dichos ataques y apuntó a que la línea que defiende el PP andaluz es la que marca Moreno Bonilla.
Posteriormente, la consejera de Salud, Catalina García, dejó entrever la posibilidad de que se tomaran acciones desde el partido y recordó que “cada uno es dueño de sus palabras”, marcando distancia así con los ataques al derecho de las mujeres al aborto.
Finalmente, ha sido el presidente de la Junta el que también ha mostrado su enfado y ha recordado a los suyos cuál es la línea que deben seguir. Una línea alejada de la radicalidad y que, por tanto, poco o nada tiene que ver con las formas que exhibe Duarte, uno de los hombres fuertes del partido en Huelva.